Veterinario (dedicado al pájaro azul)
Hay un pájaro parado en una cornisa.
Yo fumo.
El pájaro no.
Nos miramos.
Pienso que estamos
en paz a pesar de nuestras diferencias.
El no vuela ni nada.
Me deja estar cerca.
A lo mejor lo hace porque no puede moverse,
quizás está enfermo o moribundo,
y yo no lo sé porque no soy veterinario.
Prefiero pensar que estamos
en paz.
Una paz parecida a la que tengo cuando mi hijo se ríe
y hace temblar el mundo con truenos que estallan sobre
un arco iris de colores que no existen.
Pego una pitada:
¿Vamos a poder con un mundo en donde un hijo de puta
ata a un perro a una pared y lo deja morir de hambre
diciendo que es arte?
¿Vamos a poder con todos esos hijos de puta
que fueron a la exposición
y no dijeron nada?
El pájaro sigue ahí.
Sin fumar y sin hablar.
Nos miramos otra vez.
Creo que nos entendemos.
Apago el cigarrillo y me voy,
sabiendo que si él salta,
no va a caerse.
Las alas le van a servir.
No soy veterinario,
pero me doy cuenta
de eso.
¿qué pasó al final con ese "hijoeuta"? me recordó la historia.
ResponderEliminar