viernes, 17 de septiembre de 2010

Estigma


Entro a la iglesia

y me quedo un rato

mirando la cruz.


Maravillado.


La historia no puede ser mejor.


Dios nos mandó a su hijo para salvarnos.

Nosotros lo torturamos, lo crucificamos

y se lo mandamos de vuelta.


Sólo nos faltó colgarle un cartel del cuello

(para que el mensaje quedase bien claro).


Un cartel con letras rojas y gigantes que dijera:

Bajá cuando quieras, que para vos también hay.

4 comentarios:

  1. Elocuente!Y que baje cuanto antes, tengo la listita de cagadas que se mando, asi que flor de golpiza se va a ligar!
    Abrazo

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  2. !Nos encanta tu blog y su contenido!
    ¿Te gusta el cine de terror?
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    !Un saludo!

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  3. venga a la piscine de su amigo. le autorizan la patinota y los drinks bajo agua. los velones los pone la casa.

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